ELECTRICIDAD
Y POLÍTICAS DE GÉNERO.
Esta
cosa de la electricidad es algo muy interesante por lo que revela
sobre las relaciones entre el poder político y los intereses de las
grandes empresas, y más si, como es el caso, esas empresas forman un
cártel.
Es
claro que el mix de las empresas energéticas en ESPAÑA tiene cogido
a los diversos gobiernos, sean del PP o del PSOE (solo, o en compañía
de otros), por un lugar que los mantiene en vilo. Los del PP, como
eso lo saben y se lo saben perfectamente, son algo más discretos,
pero en muchos sectores de la llamada “izquierda” eso se tiene
mucho menos claro; al fin y al cabo, parecen pensar, hemos ganado,
tenemos el poder.
Pues
no, no tenéis el poder, aunque hayáis ganado, y la mayoría de
vosotros lo sabe perfectamente, aunque prefiera ocultarlo. Una gran
parte de eso que se dice la izquierda, se autodenomina así, cuando
llega al poder, a lo que se dedica y con ello se conforma, es a la
administración de las cosas y se olvida que para dedicarse solo a la
administración de las cosas hay que haber llegado antes a organizar
esas cosas de manera que sea defendible no cambiarlas radicalmente.
Esas
izquierdas se presentan ante el elector defendiendo que hay que hacer
un cambio radical, lo cual dicen porque saben que sus posibles
votantes están hasta mucho más allá de la coronilla, pero tanto
sus ganas de luchar por allegar el cambio que predican, como sus
posibilidades reales, técnicas y políticas, de hacerlo cuando
llegan al poder, son, como muy grandes, mínimas.
Cuando
llegan al poder político y forman gobierno, ha llegado la hora de
plantar cara a los cárteles y a los innúmeros intereses creados que
hay en el entorno de cualquier actividad, que desean que todo siga
igual porque les va su subsistencia en ello. Y claro, es un sinvivir.
Así
vemos a una ministra del gobierno sufrir lo
indecible por no quedar callada y defender... lo que sea que
defienda, de la manera más incomprensible y estulta que se pueda
imaginar. Si se ha pedido a la UE que cambie el sistema de fijación
de precios para evitar que nos pase lo que nos está pasando, y
responde que el gobierno puede hacer cosas para evitarlo y que el
sistema funciona adecuadamente... pues ¡ jolines!
Llevan
razón los que dicen que una cosa es prometer y otra dar trigo, y
también los que dicen que eso es lo que hay, y que no se puede hacer
nada; todos llevan razón porque a toda promesa electoral cuyo
cumplimiento merezca la pena para a la gente también se le puede
aplicar el dicho de que verdes las han segado ( las promesas por las
que votaron).
Es
mucho más fácil eso de la política de género y lo de los hijes (
a moro muerto, gran lanzada).