viernes, 1 de enero de 2021

HAY QUE EMPEZAR A PENSAR

 

HAY QUE EMPEZAR A PENSAR 

 



Hay algo en la historia de ESPAÑA que nos hace diferentes, y gran parte del esfuerzo de AMÉRICO CASTRO se dedicó a estudiar las raíces de esa diferencia, frente a los que mantenían que nuestra historia era completamente normal y comparable con las de los demás países de la EUROPA OCCIDENTAL. Yo sé mucho menos que D. AMÉRICO, solo le admiro y le sigo en esa su idea.


VELLE-INCLÁN también expresa algo parecido, desde un muy otro punto de vista, en gran parte de su obra de creación literaria, no solo cuando habla de los espejos deformantes del Callejón del Gato.


Muchas de las cosas que suceden en España dan la impresión de haber salido, o de estar metidas en alguno de los cuentos de las Mil y una Noches, pero en unas mil noches nuevas, escritas por VALLE-INCLÁN.


No es que en otras Sociedades y Estados cercanos no sucedan cosas magníficas, es que aquí la cantidad de esas cosas que suceden es tan grande que ni a D RAMÓN MARÍA se le hubieran podido ocurrir, pero a nosotros nos pasan y estamos tan acostumbrados que forman parte de nuestra normalidad.


Como ejemplo, lo que nos pasa con la Monarquía Borbónica quenoshemossabidodardemaneraejemplar.



Es muy gordo tener un rey que ha tenido que irse del reino acosado por sus trapicheos comisioneros, sus putas respetuosas, sus fraudes a la Hacienda, sus cacerías y otras muchas cosas más de las que no nos enteraremos porque se mantiene que es inimputable, a pesar de que solo lo es en aquello en que la imputabilidad recae sobre quien refrenda el acto del que se trate, según dice con claridad el texto de la Constitución. Pero ese texto de la Constitución ha de ser interpretado, incluso cuando si como es el caso, no hay nada que interpretar, solo aplicar, por unos Letrados del Congreso, unos Jueces del Poder Judicial y otros Jueces del Tribunal Constitucional, que manteniendo que son por completo independientes, quedan prendidos al decir lo que les desmiente. Y los medios de comunicación, así los llaman, sirven de funcional correa de transmisión de tales desatinos y riegan a la gente con toda esta basura.


Por el Callejón del Gato parece haber pasado el discurso que ha soltado esta noche de Navidad el Rey Felipe VI, según dicen algunos de los que lo han escuchado, que no ha sido mi caso, y la figura devuelta ha sido una máscara de la realidad. La estulticia ha estado en quienes decían esperar otra cosa


Los españoles son tratados por el poder como si fueran menores de edad, y lo peor es que puede ser que el poder lleve razón al tratarnos así. ¿A que viene perder el tiempo en criticar que el discurso del Rey le parezca al señor Casado mejor que un pezón de monja, o que los periódicos y tertulianos se hagan pajas mentales sin fin con lo que dijo o quiso decir cuando dijo, o no dijo, aquello que dijo o que no?


Lo que hay que empezar a pensar es que si bien es cierto que en la Constitución no cabe la República, puede que en España no quepa la Monarquía.

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