LA CIUDAD ALEGRE Y CONFIADA
He dado una vuelta por mi barrio, y la verdad es que está mucho peor de lo que yo había supuesto, y eso que no soy una persona precisamente optimista, más bien lo contrario.
Lo que se ha avanzado ha sido fundamentalmente por obra de los vecinos, que empezaron con el pico y con la pala, y con las bandejas del horno, como un juego, y se ha ido convirtiendo en una necesidad urgente.
Donde ha dado el sol, se han fundido las placas de hielo, y pueden pasar coches y gentes, por mitad de la calzada, ya que las aceras y los extremos de la calzada están llenas a rebosar de la nieve amontonada, formando hielo.
Es cierto que los trabajadores han hecho acto de presencia y han comenzado a llevarse los destrozados árboles y ramas que inundan la nieve amontonada. La basura sigue en su puesto, rebosando todos los contenedores, y la gente no parece ni enfadada ni molesta, aunque tengan, como he visto que esta haciendo una mujer joven, que trabajar duro para poder mover su coche por primera vez en diez días, de entre un montonal de nieve. Yo diría que la gente parece incluso divertida por la situación. Las terrazas al sol están llenas de gente feliz que habla a gritos sentados a las mesas posadas sobre placas de hielo.
ES LA IMAGEN PERFECTA DE LA CIUDAD ALEGRE Y CONFIADA ( y eso que mi barrio es uno de los que están confinados).
No se qué pensar de este mi pueblo, salvo que yo no soy como ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario