BORBONCITO
BOMBONCITO: NUESTRO MUNDO ES UN SUEÑO
Tengo
para mí que la evidente estupidización de la sociedad española no
sería posible, ni de lejos, sin la colaboración interesada,
interesadísima, de los llamados medios de comunicación social; su
papel en este tratamiento de choque para hacer completamente
irrespirable nuestra realidad política y social no tiene precio, (
es un decir).
El
daño que esto ha producido es irreparable, al menos yo no voy a ver
su reparación y dudo que se produzca por el mero paso del tiempo; al
revés, el paso del tiempo lo que hará será profundizar en el
proceso por la permanencia de las causas.
Vamos
a tomar como ejemplo de análisis lo que ha pasado y está pasando
con esta cosa tan magnífica que se llama la monarquía borbónica
española. Para empezar los españoles le reglaron al denominado Juan
Carlos I, un reino, el reino de España, que por lo que ha sucedido
desde que tal cosa se hizo ha sido, para él, el reino de JAUJA.
Fue
designado por el dictador general FRANCO como sucesor de sí mismo a
título de rey, y cuando se cumplieron las “previsiones sucesorias
“ fue alzado por la dictadura al trono; la cual dictadura,
convencida de que no podían seguir las cosas como habían estado
siendo, aceptó un cambio más o menos lampedusiano. El tiempo y
sus avatares hicieron que se pudiera llegar a lo que ahora tenemos,
un sistema borbónico parlamentario muy parecido a una democracia
imperfecta.
Se
puede decir que todas las democracias son imperfectas, es verdad;
pero una cosa es que todas las democracias sean imperfectas y otra,
enteramente distinta, es que una nodemocracia se parezca mucho en su
funcionamiento a una democracia imperfecta.
Para
tener lo que tenemos los medios de comunicación han tenido que
participar en la ceremonia de la confusión de manera tal que son los
principales autores de ella, en el sentido de que sin su colaboración
apasionada, nada de lo sucedido habría sido de la misma manera. Y
la desvergüenza es tal que, a caballo pasado, no pierden el tiempo
en ocultarlo, y en el caso de la monarquía de los Borbones, no
niegan, es que afirman, que hubo un pacto para no criticar sus
actitudes ni sus acciones. ¿ cabe mayor desvergüenza? Pues con un
par. Y siguen igual. Pero ahora con el hijo, del que se hacen lenguas
sobre lo buen mozo que es, y que si tal y que si cual.
Esta
actuación de los medios de comunicación no es nueva, era la que
hubo en la dictadura y es la que hemos estado sufriendo en la
democracia, y hemos pagado un alto coste, porque su precio ha sido
nuestra estupidización política, y con ella toda la estupidización
restante que nos asola. Decía hace años SÁNCHEZ FERLOSIO que no
podía aguantar mas; el que no sepa a qué se refería pierde el
tiempo leyendo esto que escribo.
El
precio que hemos pagado ha sido que el lenguaje para nosotros ya no
signifique lo que debería significar para gentes con los pies en la
tierra; la manera en que el poder nos ha tratado, no solo, pero si de
modo muy importante a través de los medios de comunicación nos ha
hecho levitar: el lenguaje para nosotros sirve para que levitemos,
estemos a un palmo de la realidad, de pisar el suelo, con la
consecuencia de que por más gordos que seamos baste un suave céfiro
para que nos desplacemos dando incomprensibles bandazos, Esos
bandazos incomprensibles de la opinión y de los comportamientos que
sufrimos llevados de la mano por los medios de comunicación, evitan
que percibamos la realidad tal y como es. Nuestro mundo es un sueño.
En
el caso de esto que pasa con el rey demérito, la cosa no es nueva y
lleva rondando años: resulta que muy probablemente esta caballero
haya estado implicado en negociaciones prohibidas, contrarias a la
ley y que le han producido un incremento patrimonial fabuloso; de
modo que habiendo llegado al trono con una mano delante y otra
detrás, los súbditos de su reino de JAUJA le han provisto a manos
llenas. Llenas manos que, una vez se produzcan las “previsiones
sucesorias” vaciarán su contenido en el hijo, actual rey, del
cual los medios de comunicación han decidido decirnos que “no es
como su padre”.
Pues
bien, el mero hecho de que se acepte debatir sobre el asunto es ya
una pérdida; quiero decir que no se puede aceptar debatir que no se
pueda enjuiciar al rey demérito por lo que hizo mientras fue rey,
porque es irresponsable, y al escribir estas palabras me acuerdo de
la famosa carta que escribió LOPE DE AGUIRRE a FELIPE II.
Si
alguien en una monarquía no puede ser imputado por sus muy
probables, y fáciles de probar, posibles delitos, por más patentes
que resulten a la población, me gustaría saber cómo se puede
mantener que en este lugar existe una democracia, por muy imperfecta
que sea.
Si
es necesario utilizar palabras para defender esta posición, entonces
es que no merece la pena usarlas: es tiempo perdido. Es tiempo
perdido cuando un gobierno recién parido se congratula de que lo que
acaba de destapar la señora CORINNA no afecte al actual monarca, y
sí a su padre, y además se alegre, y nos lo diga, de que sean
cosas que sucedieron hace mucho tiempo, el mismo argumento que usaba
el señor RAJOY cuando le señalaban la apabullante corrupción
en su partido.
Y
como no quiero perder más el tiempo, por hoy, lo dejo aquí.
Solo
quiero que penséis en nuestra estupidez al aceptar el debate de la
realidad en estos levitantes términos, que nos hacen,
probablemente, el pueblo más tonto y orgulloso de Europa.
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