PRINGUE, GATOS Y DELICIAS DE SALMÓN
Con
el pringue de una verdad mentirosa combatimos el de una mentira
verdadera, verdaderosa, rosa, rosa; y pasas las madrugadas buscando
un royo de luz, pero zumba, truena, en la tolva metidos todos para
hacer cemento descompuesto, y unos lo saben, otros no lo saben, y
todos van igual con el destino engrudo, en las matrículas y marcas
de sus coches, metidos en sus latas y dándose la lata, mi coche es
mi castillo, mientras no llego a casa; cajitas de colores, verdes.
Blancas, azules, amarillas, con la tarjeta de respetuosidad con el
muerto ambiente en el cristal frontal, y, además es imposible vivir
sin ellos; somos como átomos, cuando estábamos más fríos nos
movíamos con mayor lentitud, cuando hacía frio, frío postguerrero,
cuando todo era gris y había tranvías en los bulevares, las farolas
eran bajas y pocas, los serenos gritaban su váaaa, y se llegaba al
campo en un periquete. Salir al campo, llegar al campo rápidamente,
esa necesidad tan seria sentida por Unamuno, esa necesidad vital para
enfriar, para que los átomos no estemos tan calientes, para perder
velocidad y no chocar. Pero se calentó, se ha calentado la olla, y
hay que ir de un lado a otro, mientras el gato al que alimento espera
emboscado entre las ramas a que pase el peligro o a que se despiste
una chova; de ellas, cadáveres, varios, en el suelo, gran atracón,
festín plural, plumas en derredor, mientras otros vivientes montaban
en los trineos volátiles o hacían que se perdían en la piscina de
bolas, eso si era temporada para estar abierto; o quizá en la zona
no hubo testigos posibles del hecho, la tarde tranquila, el sol aún
tibio y amable, la hambrienta muerte gatuna y cazadora que acecha, y
zas: las plumas por el suelo, el zumbar de la ciudad furiosa lejano,
casi adormecido por la distancia y la foresta. Es un gato, creo que
es gata, desaliñado y pardo atigrado, con el pelo hecho como de
encargo para pasar desapercibido entre las ramas y los troncos de los
árboles, así que puedes rozar el matorral en que se encuentra sin
ver nada; ella sí, ella te ha visto ya hace mucho, y aguarda
novedades, pero en general no dice nada, vamos, es que ni miau. Es
poco miau esta gata, no es como aquellas miaus, madre e hija que
llevaron al suicidio de atracón cominero al reformador fracasado,
como no podía ser de otra manera, ¿es que no sabe usted dónde se
encuentra?, caballero. Esta no, vivía con un grupo numeroso y era la
más pequeña, pero la que más se me acercaba, la que menos se
separaba cuando me movía, la que había conseguido que me fijara en
ella por ella misma, la que además de comer me miraba a los ojos,
antes, como pidiendo, mientras como controlando y luego, jugando,
así que ahora se ha quedado solitaria en la zona; yo llego, silbo y
sale, no se de donde sale, pero sale, con el rabo como el periscopio
de un submarino, caminando despacio a mi encuentro y emitiendo una
especie de mia, al que casi, tan casi, que sí, le falta, la u;
llega, zampa, inquieta por los ruidos, siempre alerta, no sea que los
jardinero, con los que tiene su historia, o los perros sueltos por
sus dueños para que se desfoguen corriendo, o, quién sabe,
cualquiera de los mil naturales conflictos que tiene para un gato
vivir a la intemperie, se la lleve por delante, poco a poco se ha
ido acostumbrando a masticar, antes tragaba con afán, lo cual
evitaba el disfrute de las delicias de salmón con las que ha ido
engordando, de manera que cualquier otro gato de la circunscripción,
al verla, bien pudiera creer, al verla, digo, tan hermosa y
satisfecha, tan gorda en definitiva, que era nueva en la zona, pues
todos pasan, no diré que hambre canina, pero sí felinas ganas de comer.
La
colonia, cuando existía, no dependía solo de mi, lo que, desde que
lo supe me tranquilizó bastante. Pero, bueno, el caso es que hay un
gato semisalvaje, que cuando voy a verle viene cuando le silbo, come
lo que le doy y luego se pone a hacer boberías a mi alrededor hasta
que uno de los dos se levanta y se va. Hasta otro día.
( NOTA IMPORTANTE : YO NO ANUNCIO NADA, ESTA FOTO, DIGAMOS QUE PASABA POR ALLÍ )
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