¡
ANDA Y QUE LES DEN !
Y
parecen haber dicho un clamoroso “basta ya, pues hasta ahí
podíamos llegar” y entonces, en procesión contrita, han decidido
pedir perdón de la manera cruenta y a la vez irrelevante como se
hacen estas cosas. El grito ese del hasta ahí está perfectamente
justificado, pues no es poca cosa que el señor presidente de Estados
Unidos se enemiste con el capital dedicado a la industria del
entretenimiento.
Algunos
trabajadores de esa industria del entretenimiento, actores, la parte
más conocida, hicieron campaña descarada en contra de la
candidatura presidencia del señor Trump y a favor de doña Hilaria,
pero la señora era una mala, una pésima candidata, y eso, sumado a
otros factores, determinó que no ganara la presidencia; la ganó
Trump, pero los de la farándula no estaban de acuerdo y participaron
en boicots al presidente electo todo lo que pudieron y algo más,
incitados al ver el carrusel de nombramientos hechos por don Donaldo
que duraban en la Casa Blanca menos que nada. Pero el capital
dedicado a la industria del entretenimiento callaba, le supongo
inquieto al ver el cariz que la cosa tomaba, pero callaba
atemorizado. El carrusel acabó, los cargos más importantes
recayeron en los militares profesionales y la cosa se estabilizó
bastante.
Ahora
los dueños del capital dedicado en USA al mundo del entretenimiento
han de pedir perdón al César y entregar algunas cabezas y no se les
a ocurrido cosa mejor que eso de los abusos sexuales.
¡
Por los clavos de Cristo ! : Poner el grito en el cielo porque
álguien con poder le tocó el culo a otro, u otra, en una fiesta. ¡
Esa mano!, se decía en mis tiempos, en los cines de sesión
continua, ¡ esa mano !
No
cabe mayor hipocresía, a lo que hay que añadir que estos caballeros
y señoras parece que no han ido jamás en metro a hora punta, o que
fingen ignorar que tal cosa es moneda común en el mundo empresarial,
entre unos con poder, miserable poder, y otros u otras que espiaran a
prosperar, o al menos a seguir igual
No
hemos nacido ayer, pero nos trata,n no sin razón, como si fuéramos
verdaderos gilipollas. ¿ Acaso no tenemos suficientes problemas
reales como para caer en esta trampa, que sirve para que en procesión
cariacontecida, los dueños del capital dedicado al entretenimiento
le pidan al presidente de Estados Unidos cuartelillo?; pues si no le
piden cuartelillo, es bien fácil decidir, en la bajada de impuestos
que el Congreso está preparando para las empresas, que no ha de
aplicarse a esas empresas, o con unos condicionamientos que se la
hagan a ellos menos beneficiosa que a otros sectores.
¡
ANDA Y QUE LES DEN !
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