LA CASA DE CAMPO Y LA NEVADA
LA NIEVE SE MONTÓ
SOBRE CASA DE CAMPO,
Y LA HA VENCIDO,
COMO UN MUY GORDO GESSLER
EN UN TRISTE POLLINO.
UNIDOS EN LA FUERZA,
COPO A COPO,
LA HAN QUERIDO APLASTAR
CON SU MANTO IDEAL,
SIN VIOLENCIA NI RUIDO.
UN ESTROPICIO ENORME
HA CONLLEVADO
LA FORMA DE PODAR
DE LA NEVADA,
Y CASI SIN SENTIR
HA DERRIBADO,
RAMAS TRONCOS Y AMIGOS,
COMPAÑEROS SIN PESO NI PESARES,
QUE ALIVIABAN SU VUELTA
AL CAMINANTE.
EL PESO DE LA NIEVE
LE HA DERRIBADO A ÉL,
UNO CUALQUIERA,
DE LOS PINOS ENORMES
DE LAS SIETE DONCELLAS.
CAMINÉ MUCHAS VECES
BAJO SU AMABLE SOMBRA
PENSANDO QUE LUEGO DE QUE YO
TAMBIÉN ME FUERA, ÉL SEGUIRÍA,
Y QUE YA ESTABA
ANTES DE YO LLEGAR.
Y ASÍ NO HA SIDO.
COMO UN PULPO GIGANTE
CAYÓ SOBRE LA ALFOMBRA
BLANCA, INDIFERENTE Y FRÍA,
QUE EL AIRE SE LLEVÓ,
Y AHORA REPOSA
EN EL MUY VERDE CESPED
QUE A SUS PIES SIEMPRE YACÍA.
EN SU SILENCIO PERMANENTE
ESPERA,
LA SENTENCIA ESTÁ ECHADA
EN FORMA DE RUIDOSA MOTOSIERRA,
QUE DIGAN SU RESPONSO.
Y OTROS,
DE AQUEL HERMOSO GRUPO
DE LAS SIETE DONCELLAS,
QUE ME VIERON PASAR
MUY MUCHAS VECES,
COMO EL AHORA CAÍDO,
EN SILENCIO Y PERDIDO,
SIGUEN AHÍ, Y SEGUIRÁN
CUANDO YO ME HAYA IDO.
AQUELLOS QUE TRAJERON
AL AHORA DERRIBADO,
Y A TODOS SUS HERMANOS,
FORMARON DESDE LEJOS
UN ESPACIO A NOSOTROS.
Y MUCHO TIEMPO HACE
QUE YA TODOS SE FUERON,
SOLO HA QUEDADO DE ELLOS
PARA NUESTRO SOLAZ,
ESTE BOSQUE ENCANTADO.
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