sábado, 8 de noviembre de 2014

PODEMOS, LA JUVENTUD Y LA EXPERIENCIA






PODEMOS Y SU JUVENTUD
PODEMOS Y LA EXPERIENCIA DE GOBIERNO.

Hace unos días decía que había un son, dentro de los que nos avisa de los enormes peligros que supone PODEMOS, que era el son de la demagogia; consistía en decir que las promesas de PODEMOS eran demagógicas.

No es el único son; parece que, al haber tenido menos éxito del esperado, frente a una población requetesupercabreada, eso de la demagogia ha habido que complementarlo, y ¿qué se les ocurre ahora?; bueno, podría ser lo de su falta de experiencia de gobierno, lo de su juventud, porque meterse con eso de la coleta del líder parece que no va a resultar.

Así que ahora toca eso de decir lo de la juventud y lo de la falta de experiencia de gobierno. Pues vamos a verlo, en relación con los antecedentes habidos en estas tierras y no hace tanto tiempo.

Pablo Iglesias Turrión ha nacido en 1978, ahora tiene 36 años, cuando se convoquen las próximas elecciones generales rondará los 40 años y es alguien de quien se puede decir que tiene estudios.

El caballero señor don Felipe González Márquez nació el año 1942, por lo que cuando llegó a Presidente del Gobierno, en el año 1982, tenía 40 años de edad. Y su experiencia Isidora era la de un abogado laboralista, mondo y lirondo, con residencia en calle de Pez Volador, Madrid.

Ni que decir tiene que tal semejanza de edad (no en formación, la de Pablo Iglesias parece a todas luces, mejor) no autoriza a pensar que Pablo Iglesias, si llega a gobernar, haría lo que hizo el caballero don Felipe González Márquez, esperemos, con esperanza vigilante, que no.

Y no hablo de la juventud del caballero señor Aznar, porque no me consta que lo haya llegado a ser alguna vez. Lo siento por él, pero nació en 1953 y llegó a la Presidencia del Gobierno del Reino de España, en 1996. Hagan las cuestas.

En cuanto a lo de la experiencia de gobierno, ahí sí que juega el PSOE con ventaja, pues es cierto que ese partido antes de llegar don Felipe González al Gobierno había gobernado ya, en los años treinta del siglo pasado, y dejado de su paso por él un rastro imperecedero. Pero, haciendo abstracción de tal cosa, para lo cual es menester solo tener en cuenta la desmesura del tiempo pasado, no tenía experiencia alguna de gobierno; tan cual le pasaba al Partido Popular, que la primera vez que llegó al poder, carecía de experiencia de gobierno, salvo la que pudiera haber obtenido como consecuencia de ser hijo putativo de Alianza Popular y ésta directa heredera de los extraños compañeros de cama del franquismo tardío y residual (y no tan residual).

Es posible argumentar que fueron la falta de experiencia de gobierno y la juventud lo que justificó que lo hicieran tan mal al conseguirlo, desde el punto de vista de la democracia y de los intereses de la gente, y que habiendo dejado de ser jóvenes ya tienen la experiencia suficiente, tanto sus líderes, como los propios partidos.  Es verdad que han dejado de ser jóvenes y por el camino seguido, en el que han perdido su juventud y la nuestra, han conseguido, tras meternos en ímprobos esfuerzos y sudores, traernos hasta aquí, lugar en el que nadie quiere estar y del que el propio sistema trata de escapar. Como argumento, la verdad es que es muy endeble. Es uno de los casos en que lo malo por conocer, una posibilidad, no puede ser peor que lo malo conocido, vivido y sufrido.

Visto todo lo anterior, descartamos que los argumentos basados en la juventud del equipo que encabeza PODEMOS y su no experiencia de gobierno, puedan servir válidamente  para que no lleguen a tenerla, tengan más fuerza, en un mundo de razón,  que el deseo ampliamente sentido por la población de  que la gerontocracia que encabezan el PSOE y el PP, y su experiencia de gobierno, que nos ha traído hasta aquí-  lugar del que todos queremos salir, incluso el propio sistema-, acabe de una vez sus días y nos dejen en paz.

Que así sea.

viernes, 7 de noviembre de 2014

LA PÍLDORA DEL DÍA DESPUÉS




LA PÍLDORA DEL DÍA DESPUÉS



Lo había olvidado, fue un recuerdo fugaz mientras pasó, unos instantes después de salir de la farmacia, que me iba diciendo: ¡pero qué maravilla!, ¡qué hermosura! Luego, pasados unos segundos,  ya no volví sobre el asunto, y en los pocos instantes que lo consideré en la cabeza, más bien pensaba en aquel cuerpo joven sin nada particular que reseñar, salvo esa juventud, en su sonrisa y en nuestra despedida.

Ha sido esta madrugada, mientras desde mi ventana veía encenderse las ventanas de los otros, que se levantaban para ir a trabajar, cuando lo he mirado de otra manera, cuando me he dado cuenta, como hace muchos años hacía que no, con sorpresa, con estupefacción, de que el mundo está al revés, y no tiene remedio: de que todo es producto de una enorme confusión.


Yo me acababa de bajar del autobús, en la parada junto a una farmacia que hay al lado de casa, y me encaminé a comprar algo en ella; entró delante de mí una muchacha y salió el mancebo a despachar. La farmacia tiene como varios mostradores a modo de barricadas, para que los diversos propios  atiendan al personal con alguna intimidad;   lo que consideradas las cosas en su conjunto, creo que fue el motivo por el  que la chica entró allí, y ya dentro se encaminó al mostrador de más al fondo, cerca de la puesta por la que salía el vendedor, que, al verme entrar decidió atendernos a los dos en los mostradores de la zona intermedia y le dijo a la chica que a ellos fuera. Llegaron los dos y se ofreció el vendedor a atender antes a quien había antes entrado, pero ella, señalándome con la cabeza dijo que me atendieran primero.

Era innecesario, no soy tan viejo, al menos no quiero sentirme así: de tal manera que me dejen colarme en la farmacia para que me despachen antes (no sea que me muera mientras espero, o algo así),  y   pedí por lo que iba; desapareció el manolo  por la puerta que le había traído y volvió  con la caja  que quería; bueno, no me lo dio entero el pedido, porque le había pedido dos, y me dijo que solo tenía uno, le pedí el nombre comercial de un sustituto indiferente de lo anterior, y me volvió a decir que solo tenía uno, con lo que llegué a la conclusión de que solo tenían uno de todo, que ya COFARES proveería, y  traería lo que se fuera necesitando, pero, eso sí, de uno en uno. El caso es que me logró vender un ejemplar de la droga que quería, y el fámulo se aprestó a atender a la joven, que con un hilillo de voz, mientras yo guardaba en una bolsa que llevaba lo que me habían dado, pidió la píldora del día después, sin poder evitar que yo lo escuchara.


Estamos tan mal educados que si aquella muchacha hubiera tenido que comprar una droga para combatir un cáncer horrible, no habría pedido que me atendieran primero para que yo no me enterara de su demanda, y habría dicho el nombre de la cosa con seguridad y claridad, pero si de lo que se trataba era de pedir algo que indicaba un placer suyo recientemente disfrutado, eso, había que ocultarlo a toda costa a cualquiera.

¡Qué educación más gilipollas!, (y qué joven más bonita).


jueves, 6 de noviembre de 2014

PODEMOS Y LA DEMAGOGIA






PODEMOS Y LA DEMAGOGIA.



Hay un son
Hay un son que se escucha en los rincones
Y que aspira a ser el son de los sones.

Sí, hay un son, que en todas partes se escucha y su destino es meterse dentro de ti, como el estribillo de una canción popular, que te acompañe por el metro, mientras subes y bajas escaleras, que salga contigo al campo, y esté pegado a ti por valles y veredas.

Es un son que usan los que han tenido voz durante todo este largo periodo que ahora se está hundiendo; es un período huidizo de definir, porque su objeto es confuso. ¿Qué es lo que ahora termina? ¿La transición?, ¿Una transición que si ahora termina casi dura medio siglo?  Si no recuerdo mal hasta hace cosa de días, palmo más palmo menos, nos considerábamos hijos de la transición, a la que se loaba, loaba y loaba, como inconmensurable hallazgo feliz de la sabiduría hispana. ¿Dónde han quedado aquellas loas? Esperemos que hayan quedado donde están destinados a quedar los del son.

Y ES EL SON EL QUE DICE QUE PODEMOS HACE PROPUESTAS DEMAGÓGICAS.

Y aquí, amigos topamos con algo muy grande ¿Hay que tomarse en serio tan grave acusación? ¿Es una acusación grave? ¿Hay que tomarse en serio la acusación cuando la hipocresía de quienes la profieren es consustancial a sus personas?



La acusación es seria, no por la seriedad y credibilidad de sus autores, que es ninguna y están todos ellos queriendo salvarte y con un nudo en el estómago, de miedo; es seria porque repetida y repetida y repetida, puede hacer que cale en la sociedad algo que no es verdad, algo que en puridad, no puede ser verdad, como vamos a ver seguidamente.

La demagogia puede definirse como sigue, según los padres de la lengua española:
demagogia. F. 1. Práctica política consistente en ganarse con halagos el favor popular. 2. Degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder.

(Hay que señalar que la demagogia no es de utilización únicamente en una democracia, como degeneración de ella, pues no se debe olvidar aquello de Duverger, de que el poder no es nunca demasiado fuerte para mantener en la obediencia a las masas, que han comprendido que se puede desobedecer, y que esa desobediencia abre las puertas a la esperanza. Cualquiera de nostros con edad suficiente sabe que la dictadura usa de la demagogia, en primer lugar, y luego, si no basta,  de lo que ella llamaba orden público).

 Es decir, que en una democracia, la demagogia es algo importante, es una de sus posibles perversiones, es algo que puede acabar con ella; en el mejor de los casos es como mentirle a un niño para no hacerle sufrir, en el peor de los casos es la antesala del fascismo. 
En cualquier caso supone tratar al pueblo que la sufre de forma incompatible con la esencia y fines de una democracia. Es una patología.

¿Quiere PODEMOS aplicar éste tratamiento patológico al pueblo español, a fin de alcanzar el poder? ¿Cómo podríamos saberlo? ¿Cómo evitar un peligro tan grave, si es que PODEMOS hubiera caído en tal pecado?

Examinemos el asunto.

Sabemos que toda definición contiene un elemento negativo, en la medida en que procedemos a excluir lo que no le cuadra, quedando el resto de la realidad significante, fuera, si la definición es buena. Y sabemos también que definir no es discernir. Discernimos si una cosa es lo que dice ser y definimos según la naturaleza de su ser, a lo que llegamos por operaciones lingüísticas, no por comprobaciones de hecho, para ello está el discernimiento.

Pues bien, quedándonos en lo más modesto, en eso del discernimiento, vamos a ver si es posible saber si PODEMOS, como dice el son, hace propuestas demagógicas.

Ganarse con halagos el favor popular.., degeneración de la democracia.., mantenimiento a toda costa del poder. ¿a qué me suena  a mí todo esto?


Discernamos y recordemos;  ejemplifiquemos. Así, cuando el caballero señor Zapatiestas, unos meses antes de las elecciones,  negó la existencia de una crisis de caballo de la economía española, ¿no estaba ganándose con halagos, evitando el pánico y el sufrimiento de saber la verdad, el favor del pueblo? Cuando el también muy caballero,  y señor,  don Mariano Rajoy Brey,  dijo en la última campaña electoral que crearía tropecientos mil puestos de trabajo, que bajaría los impuestos, que acabaría con la corrupción, que quería un Consejo General del Poder Judicial independiente de los partidos políticos ¿estaba ganándose con halagos el favor popular, o decía la verdad? Cuando el mismo caballero,  y señor, que había ganado la Presidencia del Gobierno del Reino de España diciendo todo lo anterior, dijo, por poner un ejemplo, que el rescate de la banca no nos costaría nada a los españoles, siendo así que ha sido todo lo contrario, ¿trataba, únicamente, de  mantenerse en el poder, engañando a la gente, o estaba tan mal informado de la realidad que es un incapaz para gobernar un pueblo?

Son situaciones todas ella que han sido vividas por el pueblo español, muy diferentes entre sí, pero que tienen un elemento común:



Que se trataba de una promesa demagógica se comprobaba a posteriori. En el momento de hacer una promesa halagadora al pueblo, en el momento de corromper la democracia, que es precisamente ese, la demagogia no se sabía si era o no. Es el incumplimiento lo que la produce. Pero no todo incumplimiento de un programa político es demagógico, puesto que si fuera así, prácticamente todos los programas políticos lo serían.

Luego… hay que discernir, qué incumplimientos son demagógicos y cuáles no.

Eso no lo voy a hacer ahora, e invito a quien me lea a reflexionar sobre cuál es su opinión en este asunto.



De lo que estoy completamente seguro es de que aquellos que acusan a PODEMOS, con el son de que hace ofertas demagógicas, han participado activamente en la corrupción de esta democracia, si es que lo es, y que el mayor peligro que habrán de afrontar en el futuro, es que las promesas de PODEMOS no sean demagógicas. 

MÁS CLARO: ESTOS DEL SON SALEN GANANDO, PERSONALMENTE, SI PODEMOS CONSIGUE EL PODER Y NO CUMPLE SUS COMPROMISOS, Y LO QUE LES HACE DENUNCIAR LA DEMAGOGIA DE PODEMOS ES EL MIEDO QUE TIENEN A QUE CUMPLA LO QUE DICE, MIEDO QUE NO HAN TENIDO FRENTE A LAS PROMESAS, YA DEMOSTRADAMENTE DEMAGÓGICAS, DE TODOS LOS QUE HAN GOBERNADO HASTA AHORA ESTA DEMOCRACIA, YA QUE SABÍAN QUE NO SERÍAN CUMPLIDAS. PERO CON PODEMOS ESO NO LO PUEDEN SABER.

Que ustedes lo pasen bien.