RESURRECIÓN Y ASCENSION DE JESÚS, ORATORIO, BACH
LA BELLEZA DE UN ARTE CREADO PARA ALABANZA DE LAS CREENCIAS DE UNA RELIGIÓN, NO DICE NADA SOBRE LA VERDADERA EXISTENCIA DEL DIOS POR ESA RELIGIÓN CREADO, PERO DA UN TESTIMONIO CONSISTENTEMENTE VERAZ DE HASTA DÓNDE HA SIDO CAPAZ DE LLEGAR DE ALTO, DE PROFUNDO, DE SUBLIME, LA CULTURA DE LA SOCIEDAD EN QUE ESA RELIGIÓN SE HA INSTALADO, EN GRAN PARTE DEBIDO A ESA CEENCIA RELIGIOSA.
DE NO SER ASÍ, Y PARA CIRCUNSCRIBISE AL ÁMBITO CULTURAL QUE CONSIDERAMOS NUESTRO, LAS ESCULTURAS GRIEGAS HABÍAN DE CONDUCIRNOS A CREER EN ZEUS.
NO OBSTANTE… ¿ ACASO ES QUE NO ES EN ZEUS EN QUIEN CREEMOS?
UNA RELIGIÓN CON DIOS, COMPROBADAMENTE CAPAZ EN CUALQUIER TIEMPO Y LUGAR, DE ARROPAR CON UN MANTO CUANTO MENOS HIPÓCITA, LO PEOR DEL SER HUMANO Y DARLE COBERTURA, ES ÚTIL PARA SACAR LO MEJOR DE ÉL, LO INEFABLE, LO QUE TRANSCENDERÁ DEL TIEMPO, INCLUSO CUANDO YA NO EXISTAN TESTIGOS ANTE QUIEN PRESENTARSE.
Y TODO ELLO POR EXISTIR “DIOS“, UNA FIGURA CREACIÓN DEL PENSAMIENTO ABSTRACTO DEL SER HUMANO, INDEFECTÍBLEMENTE SOMETIDA AL AVATAR DE LA HISTORIA.
PUEDE QUE LO QUE LA FIGURA HUMANA DE JESUCRISTO QUISIERA DECIR AL MUNDO, FUERA QUE CREÁRAMOS UNA RELIGIÓN SIN DIOS.