YO
NO DOY MI CONFIANZA A NINGUNO DE ELLOS.
Y
todos se preguntan mutuamente : ¿Quién ganó? Y dicen unos queste,
y otros quaquel, y así va pasando el tiempo, nos vamos haciendo
viejos, y en unos casos gana uno, en otros, no. Pero da igual.
Eso
de ganar en un debate no solo es que es relativo, y depende del oído
que cada cual ponga para escuchar al próximo y al lejano, es que
podemos recordar ciertos diálogos de PLATÓN en los que ARISTÓTELES
contiende con cualquiera y decide seguir el razonamiento del otro
para llevarlo a consecuencias lógicas que eran insospechadas para el
proponente, con lo que queda clara la debilidad de su posición y la
necesidad de plantar el asunto de otra manera. Por descontado que no
fue eso lo que pasó en el debate de la noche pasada, ni será esto
lo que pase en el debate de esta noche, ni es probable que pase en
ninguno de los debates que podamos ver en el futuro, como es cierto
que tampoco ha sido eso lo que has podido ver en los que ya han sido,
solo lo refiero para expresar que el debate, en el sentido que se usa
en los DIÁOLOGOS, no ha existido. A lo que hemos asistido es a la
repetición de los argumentos, por así decir, y de las ideas, por
así llamarlas, que han venido siendo dichas una y otra vez,
machaconamente en todos los momentos en que los cuatro comparecientes
han tenido la oportunidad de hacerse oír. No ha habido diferencia
entre decir en un encuentro con las “masas” : Yo le diría a
SÁNCHEZ que si va a dar el indulto a estos señores, por ejemplo, y
hacerle la misma pregunta en el debate. Y ese ejemplo sirve para
todos aspectos tratados en la entrevista de anoche. No hubo novedad
alguna, se repitieron los protagonistas, se repitieron los argumentos
y las ideas. ¿ Eso es diálogo, eso es debate?
No
ha sido abordada ninguna de las cuestiones que han de ser resueltas
por la política en ESPAÑA, en parte porque la política interna de
ESPAÑA no se hace dentro de sus fronteras, en parte porque falta
valor para plantear los problemas con afán de resolverlos, en lugar
de no intentar cronificarlos, que es lo que nos pasa. No sirve decir
que frente a la derogación de la REFORMA LABORAL, prometida, lo que
ahora se propone es un nuevo ESTATUTO DE LOS TRABAJADORES, porque eso
no habla de su contenido, y es su contenido lo importante, no que sea
nuevo. Y lo mismo pasa con cualquier otro de los problemas que
afectan al país, y con las promesas que se hacen en tiempos
revueltos y de campaña.
La
cuestión no creo que esté en QUIÉN GANÓ EL DEBATE, yo creo que lo
importante es si del debate se saca la conclusión de QUIEN DE ELLOS
CUATRO MERECE NUESTRA CONFIANZA.
Y
YO NO DOY MI CONFIANZA A NINGUNO DE ELLOS.
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