LOS
CASOS PUNTUALES.
Lo
que ha salvado, por el momento, a la globalidad del sistema político
español es lo que podríamos llamar la TEORÍA DE LOS CASOS
PUNTUALES, que es una fenomenología útil para conservar lo que de
manera patente no funciona.
Cuando
se pone de manifiesto que no funciona la separación de poderes, en
lugar de ir a la raíz del análisis del porqué y hacer lo necesario
para que no se vuelva a repetir la situación, de lo que se suele
hablar en los medios, por parte de los periodistas más acreditados,
es de que esto o aquello son casos puntuales, por lo que no se puede
sacar conclusión que afecte a todo el sistema.
Cuando
se pone de manifiesto que el estado de la autonomías no ha
solucionado los problemas para los que había sido diseñado, pero
que ha hecho nacer otros que antes de él no existían, en lugar de
analizar que la estructura territorial del estado que diseñó la
constitución de la monarquía borbónica no ha funcionado, lo que se
dice es que esas disfunciones que en ocasiones se evidencian no son
si no casos puntuales. Así puede pasar como un caso puntual que no
sirve para hablar del fracaso de la constitución el hecho, yo diría
que notable, que en CATALUÑA se haya declarado UNA REPÚBLICA. Si
eso es un caso puntual hay que reconocer que es un punto gigante.
Cuando
se pone de manifiesto que las reiteradas modificaciones en la
regulación de la enseñanza no consiguen elevar el nivel de lo
aprendido a la altura del nivel de lo gastado, se habla de que son
casos puntuales, igual que cuando se dice que no se gasta en
enseñanza lo suficiente, es algo puntual.
Si
se demuestra que el funcionamiento de los partidos políticos no es
democrático, se llega a tal conclusión sobre la base de casos
puntuales, que no son adecuados como para llegar a una conclusión
general sobre la crisis de representatividad del sistema
Si
se pone en evidencia que no existe independencia del poder judicial,
eso se hace sobre la base de casos puntuales, que no pueden hacer
nacer una idea sobre la generalidad del funcionamiento de la
justicia.
Y
todo así; se podría seguir con cualquier ámbito de la realidad
española ligada a la política y al sistema político de una u otra
manera, nada funciona debidamente pero al ser examinada la cuestión
nos topamos con la teoría de los casos puntuales.
Y
lo verdaderamente grande es comprobar cómo no se soluciona nada,
ninguno de esos casos puntuales llegan a tener una solución
defendible que haga desaparecer el problema; los problemas se agolpan
y las soluciones no aparecen, ni se proponen, porque las soluciones
habrían de partir de analizar la situación en su generalidad, lo
que no puede hacerse desde el punto de vista del caso puntual, y ello
aún en el caso de que se quisiera encontrar, de verdad, una
solución, lo que y ya dudo.
La
teoría de los casos puntuales evita que hagamos el diagnóstico
correcto: es sarampión y no sirve de nada fingir que te ha salido
una espinilla.
Que
toda nuestra vida es sueño.
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