TENGO
TODAS MIS SIMPATÍAS CON LAS VICTMAS DE LOS ATENTADOS DE BARCELONA,
CON BARCELONA, ETC., ETC., ETC., PERO ME NIEGO A DEJARME MANEJAR POR
UNOS POLÍTICOS EN LOS QUE NO CREO.
Como los
ataques terroristas van a seguir, parece mejor no aguardar a que
escampe para decir lo que se piensa; quién sabe; a lo mejor sirve de
algo bueno a alguien y espero que no perjudique a ninguno.
PRIMERO:
Lo primero que hay que decir es que no se es en absoluto libre para
pensar, opinar y decir lo que a cada cuál le parezca eso de los
atentados: no me refiero a eso tan simple de si le gustan o no los
atentados; a la inmensa mayoría es claro que no nos “gustan”,
por usar esa palabra; me refiero a algo mucho más complejo de
determinar, me refiero a si son o no son tales atentados por completo
incomprensibles, injustificables, inmotivados, a si es verdad que no
hay nada que hayamos estado haciendo en Occidente durante mucho
tiempo que pueda hacernos comprende, no digo compartir, lo que pasa
con eso de los atentados llamados islamitas.
En tal
sentido creo que convendría hacer un análisis de lo que nos pasa
olvidando hasta cierto punto el asunto de la religión que profesan
los autores, porque del hecho de que se digan islamitas no se puede
sacar la conclusión de que es el islamismo lo que les lleva a
tentar, con olvido de lo que se les esta haciendo pasar a todos esos
países, si es que subsisten, porque algunos ya han desaparecido y
otros llevan camino de hacerlo.
No hay
libertad para decir lo que se piensa, de tal manera que si no te unes
al carro de plañideras que dicen no entender nada, que dicen querer
la paz y toda esa retahíla de cosas vacías es que no eres más que
un monstruo, y cuidado de no dar pie a que te apliquen la Ley
Mordaza. Estás avisado.
SEGUNDO:
Ante un atentado terrorista, lo primero en lo que piensa el político
es “¿en qué me perjudica?”, y una vez establecido eso, sobre
bases quizá inestables pero que sirven para salir del paso, su
segundo pensamiento es ¿”cómo puedo sacarle provecho”?
TERCERO:
Los atentados terroristas son atentados contra el poder, por más que
el poder se empeñe en hacernos creer que es un atentado únicamente
contra todos nosotros, porque sí, efectivamente es un atentado
contra todos nosotros , en la esperanza que pueden tener sus autores
directos o indirectos, de que las gentes que los sufren se pregunten,
“¿ bueno y estas gentes que tienen el poder y que dicen
defendernos, qué es lo que hacen, que nos pasan estas cosas? Lo cual
enlaza con el punto PRIMERO, ya que lo esencial desde el punto de
vista del poder que sufre el atentado es que la población que
pastorea crea que son actos sin motivación alguna, en los cuales no
hemos tenido una participación que viene de largo, que puede ser
que haya nacido hace, pongamos, unos dos siglos ( como bien conoció Thomas Edward Lawrence).
Un
ejemplo de que esto es así ocurrió a la vista de todos, cuando los
atentados del Puente de Londres, que todos los que tenían voz en los
medios de comunicación y los medios de comunicación, se empeñaron
en decir que no entendían porqué se habían producido, hasta que
CORBYN dijo que el examen de la actuación de INGLATERRA en el
pasado, reciente y remoto, servía para encontrar ciertas causas de
los hechos, si es que lo que se pretendía era comprender algo.
CUARTO: A
la pregunta que todo político se haga, ante un atentado de “¿esto,
en qué me perjudica?, cada cuál responderá en función del papel
que represente en ese teatro de guiñol que es la política
nacional, y en eso no me voy a meter, que son arenas movedizas; tengo
opinión, pero me la callo, que no es saludable expresarla ahora,
pero a la otra pregunta, “¿cómo puedo, si es que puedo, utilizar
el atentado para mis fines?”, sí que me atrevo a decir una parte
de lo que pienso, que es:
El
principal peligro que estos atentados terroristas tienen para el
político es que se le vuelvan en contra, es decir, que la gente
reclame explicaciones y exija responsabilidades a su representación
política, bien por no haber hecho lo necesario para evitar que se
produjeran, bien por haber seguido una política que ha hecho posible
que esos atentados se produzcan, al haber intervenido o apoyado la
intervención en territorios de los cuales provienen, o a los cuales
quieren defender, los autores e instigadores de los asesinatos.
Inmediatamente
después de tal peligro está otro no menos grave, que es la
indiferencia con la que una población acostumbrada por desesperación
y desesperanza a ser orillada en todo lo importante que afecte a su
vida diaria, puede llegar a tomarse la perpetración de tales
masacres. Este peligro es indudablemente gravísimo si la sociedad se
basa en el nihilismo y en el sálvese quien pueda.
Por ello,
para evitar que la gente se vuelva hacia sus representantes políticos
en petición de explicaciones, lo que conviene a esos representantes
es fingir unidad, haciendo grandes aspavientos que logren arrumbar
las expresiones críticas que pudieran surgir como cosas propias de
mala gente, cuando no, directamente de traidores a la patria, pura y
simplemente, carne de Ley Mordaza ( que para eso está ).
Y para
evitar la mortal indiferencia inducida en la gente casi desde la cuna
en estas sociedades, y volver en contra de los autores materiales (
en sentido penal), de los asesinatos los sentimientos de histeria
colectiva, lo mejor es abonar el surgimiento de esa histeria
colectiva, con el fin de que sea equivocadamente confundida con
solidaridad, y saber encauzarla hacia un sentimiento de unidad, no
solo con las víctimas, hacia un sentimiento de unidad con algo más
grande que uno mismo.
NO SIGO,
QUE ME PIERDO, Y ME APLICAN LA LEY MORDAZA; PERO TODO ESTO QUE DIGO,
LO ACABAMOS DE VIVIR CON LOS ATENTADOS DE BARCELONA.
TENGO
TODAS MIS SIMPATÍAS CON LAS VICTMAS DE LOS ATENTADOS DE BARCELONA,
CON BARCELONA, ETC., ETC., ETC., PERO ME NIEGO A DEJARME MANEJAR POR
UNOS POLÍTICOS EN LOS QUE NO CREO.
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