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viernes, 17 de agosto de 2018

GLORIFICACIÓN DEL AVESTRUZ EN EL ANIVERSARIO DE LOS ATENTADOS EN CATALUÑA



GLORIFICACIÓN DEL AVESTRUZ EN EL ANIVERSARIO DE LOS ATENTADOS EN CATALUÑA 



Si pasara que me preguntaran para que dijera lo que me ha parecido eso que ha sucedido en Barcelona Cataluña en el día de hoy, para recordar los atentados de hace un año y homenajear a las víctimas, lo primero que haría sería tentarme la ropa y ver las palabras que debería emplear, de manera que no por tirios ni por troyanos, y menos aún por la fiscalía, se me pudiera imputar algunos de los delitos de saldo que se encuentran tipificados en la llamada ley mordaza.

Lo anterior lo digo para que quien me pudiera leer, si es que alguien lo hace, tenga en cuenta que lo que digo, lo digo de la manera que es permitido decir estas cosas, aunque de mi natural yo emplearía otros términos más expresivos de mi manera de ver este asunto.


Para empezar, se constata, y cualquiera que haya seguido la gestión de esta, vamos a llamarla, celebración no podrá dejar de estar de acuerdo, que el desacuerdo entre las fuerzas políticas presentes ha sido tan grande que han tenido que ponerse de acuerdo en hacer como si la política fuera excluida del evento, de manera que, para empezar, las fuerzas políticas están tan profundamente divididas que solo pueden estar juntas si renuncian a ser lo que son y a actuar como lo que son. Este acuerdo manifiesta un desacuerdo sustancial, irreparable y de fondo, es como un puente sobre aguas turbulentas, un puente tramposo que hace recaer en las víctimas la ocultación de todo lo que separa a esas fuerzas políticas. Las víctimas y perjudicados por el atentado han sido, de esta manera usadas como escudo de las fuerzas políticas y la expresión de que han sido un escudo la hemos tenido en el hecho de que en el acto celebrado en Barcelona, esas víctimas y sus allegados han ocupado la primera fila, delante del señor rey y delante del señor presidente del gobierno. En definitiva, el acuerdo político antes mencionado ha consistido en colocar a las víctimas como parachoques. Y luego silencio, nada más que silencio. 

 

Desde este punto de vista, las víctimas han sido claramente utilizadas y manipuladas por los grupos políticos de acuerdo en decir que era el momento de las víctimas, y que había que dejar a la política fuera, cosa imposible ya que, como vimos, fue el acuerdo de las fuerzas políticas lo que promovió decir tal cosa.

Y una vez dicha tal cosa, hay que constatar que la práctica totalidad de los medios de comunicación han cumplido su papel y han actuado al unísono para que el acuerdo político de decir que había que dejar la política al margen tuviera un éxito clamoroso.



Lo que es evidente es que todo eso no es más que una gran mentira, tan enorme tan enorme que a lo que me recuerda es al célebre cuento del rey desnudo. 

 

Pero, metiéndome un poco más en la espesura, lo que resulta obvio es la falta de consistencia política de todas las partes que han participado en ese acuerdo de decir que se marginaba a la política y que hoy era el día de otorgar la palabra a las victimas y a sus familiares.




Lo primero que hay que hacer con las víctimas y sus familiares ( y ya de paso, también con nosotros),  si se las respeta, es tratarlas como a gente adulta, incapaces de tragarse el caramelito que esas fuerza políticas que no se atreven a ser y decir lo que son en el día más político de todo en año en relación con este asunto de los atentados de Barelona y Cambrils.



Es evidente que España está enferma y uno de los males que la aquejan, incluida Cataluña, es que, llegado el momento ninguna fuerza politiza se atreve a llamar a las cosas por su nombre, en la confianza de que el control directo e indirecto de los medios de comunicación siga siendo capaz de mantener a la población en general en un estado de infantil inocencia, mientras ellos se empeñan en decir que se esfuerzan en solucionar un problema que no lo tiene remedio si, para empezar, no se habla de él con claridad.



Lo que no entiendo es la actitud pasiva de la gente ante tanta hipocresía institucional; todos saben que el rey está desnudo, en el metafórico sentido del que más arriba hablo, pero nadie lo dice. La consecuencia es que somos incapaces de mirarnos a los ojos unos a otros.




¡FELICES VACACIONES!