lunes, 1 de junio de 2015
PITIDOS PITUFOS EN EL BALOMPIÉ
http://recortesdeprensa001.blogspot.com
LA PITADA
La gran pitada
Por: Iñaki Gabilondo
http://blogs.elpais.com/la-voz-de-inaki/2015/06/la-gran-pitada.html
Nadie ignora que, desde siempre, esta cosa del deporte de masas ha sido utilizada por la política como utilísimo medio de contol de la gente; no es preciso recordar lo romano de pan y circo, aquí, más cerca, lo estamos viendo en esta borbónica democracia parlamentaria, que repite una y otra vez, quizá aumentadas, las tecnicas del franquismo para hacer de los deportes un buen sistema de control de la población.
De este modo resulta evidente que la política está presente en esas cosas tan sabrosas de los deportes de masas, y lo está a ciencia y conciencia, no es un añadido a la actividad, es, en cierto modo, el presupuesto de ella misma, por cuanto la construcción de ese espectáculo se produce por la dolosa voluntad del poder político, bien al sacarlo de la nada e imponerlo a la gente, bien, mejor caso, al haber surgido de la gente y habérselo apropiado para sus fines de control social.
En cualquier caso no existe inocencia.
Lo real es que el futbol ni es ni ha sido nunca, que yo recuerde, deporte, solo deporte, ha sido, y de manera aún mas evidente, modo de control político; tan es así que nosequé capitoste de la cosa balonera, que tenía, él o sus equipo, o los equipos, o lo que fuera, un problema, llegó a decir hace poco, que una huelga de futbolistas perjudicaría la estabilidad social, ya que la gente no hablaría de futbol y podría tener tiempo para pensar.
Ahora ha habido una pitada en un campo de futbol, cuando se escuchaba el himno de España, acometido el fenomenal estruendo por los seguidores, o así, de equipos ubicados en territorios con afanes independentistas, o así, y ha pasado en presencia del nuevo Rey, en ausencia del Presidente del Gobierno, y con la certidumbre, antes de que ocurriera el sonoro evento, de que se produciría, y va el poder político establecido y dice que hay que imponer sanciones.
Lo primero a consignar es que lo que parece haber pasado es que la utilización política de este tipo de actos se les ha escapado de las manos a quienes en ellas los han tenido desde siempre, cosa de lo más natural, si es que en España estamos a las puertas de un verdadero cambio politico. Ahora la utilización del evento ha, digamos, cambiado de manos.
Lo segundo es que del pitido individual, sumado, se quiere sacar una responsabilidad que transciende la acción concreta, y se busca a quién, o a quienes, responsabilizar y sancionar, al tiempo que los mismos que eso dicen desear, y otros, avanzan que lo que el hecho pone de manifisto es la mala educación de lo que tal hicieron, con lo que lo que parece querer sancionarse es la inaceptación multitudinaria de la llamada correción politica.
Como la insinceridad está en la base de la actitud escandalizada, lo único que no se puede reconocer tal como es, es el problema vetusto de la vertebración política de España, y cuando salta un previsibre imprevisto, como este de la pitada monumental, se quiere mirar hacia otro lado, hablando de la mala educación y los buenos modales.
No cabe un tonto más.
Naturalemente que un local balompédico donde se juega una copa de algo, atestado de gentes gritonas, y en este caso, silbantes, no es el lugar adecuado para intentar otra vez solucionar la vertebración de España, pero es la falta de una solución satisfactoria en el lugar que tiene la obligación de brindar esas solución, lo que crea estas situaciones, que se dicen deplorar, cuando lo deplorable es dejar que las cosas se pudran de tal manera que sea silbar a miles la expresión de cual es la situación de malestar de unos millones.
Y llegados a este punto, me pregunto: ¿quien es , en verdad, el mal educado, el irresponsable?
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