martes, 19 de mayo de 2015

LA CAMPAÑA DEL SILENCIO


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LA CAMPAÑA DEL SILENCIO.




Estoy sorprendido, hasta cierto punto, de cómo se está produciendo la campaña electoral para algunas Autonomias y los Ayuntamientos.

Se decía que estaban insurgiendo nuevas fuerzas y, temerariamente, llegué a pensar que podrían ser capaces de imponer un nuevo discurso, y  que  un momento estupendo para demostrar que lo podían hacer, quizá el mejor momento, el más apropiado, habría de ser el de las campañas electorales, pero mira tu por donde, que no.


La actual campaña electoral se desparrama por los trillados caminos de siempre: la izquierda, sin mayores precisiones, quiere convertir al Estado en algo semejante a un sistema de apoyos mutuos, dicen que solidarios; y la derecha, sin mayores precisones, hace del vetusto dicho de "a quien dios se la de, san Pedro se la bendiga", su guía y finalidad vital.




Me interesa más criticar a la izquierda, porque creo que es de ella de quién únicamente se puede esperar algo que merezca la pena de ser vivido. La derecha a mí nunca me ha defraudado; ha dado a España, con generosidad, mucho más de lo que hubiera sido racional esperar. En eso tiene razón el señor caballero Aznar.


En esta campaña electoral se habla de desahucios, de ayudas sociales y de un largo etcétera semejante; supongo que lo hacen para interesar a la gente, para atraerlos a votar, ya que no pueden usar, como sí que hace el Gobierno, el BOE para aprobar costosas ayudas con cargo al Fondo de Pensiones, por ejemplo, que hubieran debido ser pagadas con cargo a impuestos, de merecer ser aprobadas.


Pero no se habla de lo que, siendo arreglado, más haría, y más eficazmente, por sacarnos del agujero en que nos encontramos.






Puede que durante toda esta legislatura, pero lo mismo ha pasado en las anteriores, se hubiera hablado mucho, incluso muchísimo, sobre la inestable estructura territorial del Estado que configura nuestra Constitución; es posible que se hablara también de la necesidad de plantearse seriamente la sociedad española la alternativa entre monarquía y república, y actuar en consecuencia; puede que la falta de independencia de la Administración de Justicia, en los casos directamente vinculados a los asuntos públicos,  hubieran proporcionado a los españoles tardes, y mañanas,  de bochorno en pleno mes de enero, y otras muchísimas cosas más que no cito, pero que son de todos archiconocidas,


no obstante lo cual, en la campaña electoral,  estos asuntos, que han conformado nuestra realidad pública y nuestros problemas irresueltos desde hace decenas de años, no aparecen por lugar alguno.


Unos podrían decir que no es el momento adecuado para hacerlo, pero si no se discute sobre la estructura del Estado de las Autonomías al momento de las elecciones autonómicas, me pregunto cuándo será el momento.




Otros podrían decir que no es el momento de discutir sobre la estructura fiscal, sobre su injusticia de base, sobre el hecho de que la mayor parte de la recaudación de IRPF  recaíga sobre los que cobran por nómina, al tiempo que proponen subidas del impueto de IRPF y/o del IVA y/o de otros impuestos, que lo único que hacen, de hecho, es fortalecer el actual sistema fiscal y contribuir a su consolidación.


Y así todo. Señores de la izquierda, por favor, no confundan un partido político,  hacer política y ganar adeptos,  con una campaña de la Cruz Roja, o de Cáritas.


Creo que eso es debido a que, realmente no saben qué hacer, como no sea pasar la gorra para repartir luego lo que consigan, pero ese no es el método.


Lo que nos pasa, en gran parte, se debe a que no resolvemos los problemas que tenemos, a que aceptamos un discurso político que  impone la no-resolución de los problemas reales existentes, a cambio de que nos pongamos todos a perseguir fantasmas; y si eso es así, como yo creo que es, se debe a que la izquierda no tiene, ni en España, ni en Europa, un discurso coherente, que pueda imponerse al de la derecha. Mientras ese discurso no se estructure, y todo se base en contingencias como la corrupción y el amiguismo, la izquierda debería reconocer lo que ya resulta obvio para cualquiera: que carece de discurso propio.




El problema es que las cosas que requieren solución en España: la garantía absoluta de la independencia del Poder Judicial, la separacion Iglesia_Estado, la independencia de los organismos públicos encargados de controlar la actividad de los sectores público y privado de la economía, la enseñanza laica, acabar con el Estado de partidos, modificar la Ley Electoral,  etc, etc; todas esas cosas, serían las que, una vez resueltas, nos permitirían abandonar el medievo en que estamos, hacer una cosa semejante a una revolución burguesa y construir un Estado moderno, que no tenemos, y ese es el motivo por que que no salimos nunca de donde estamos, agotándonos en una especie de bicicleta estática histórica.




Puesto que la derecha no parece estar dispuesta a hacer este trabajo, que es el que históricamente le corresponde, mientras encuentra un discurso coherente, ¿ sería mucho pedir  a la izquierda que sacara estos temas a la palestra, para poder discutirlos? Y que los sacara en el momento que han de sacarse, como asuntos electoralmente relevantes, motivadores del voto.

Estoy soñando si pienso que eso, o algo parecido a eso,  va a suceder alguna vez entre nosotros.

Que ustedes voten bien.

 





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